lunes, 31 de mayo de 2010

¿vale la pena proteger un ecosistema marino?

El Instituto Español de Oceanografía (IEO), en su sede del Centro Oceanográfico de Málaga, está realizando un subproyecto para investigar si en el Golfo de Cádiz existen o no lugares de interés natural en los fondos marinos, es decir alrededor de las chimeneas submarinas y los volcanes de fango. Se intenta definir si merece la pena o no incluir al Golfo de Cádiz en la Red Natura 2000 de áreas marinas.
Esto fue lo que explicó el investigador responsable de este estudio, Victor Díaz del Río: “Se trata de ver la importancia que tiene la zona y el ecosistema que la rodea, de tal modo que se pueda decidir si merece la pena proponerlo para su inclusión en la llamada Red Natura 2000 de áreas marinas, y tomar medidas para su conservación o protección”.

Ya en el año 2001, investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO), junto con profesores de la Universidad de Cádiz y del Instituto Geológico y Minero, realizaron un importante hallazgo geológico cuando encontraron, en el fondo del agua, una superficie de 2.000 km2 aproximadamente con chimeneas submarinas y volcanes de fango que se encuentran a lo largo de dos cordilleras submarinas desde los 2.000 m hasta los 100 m de profundidad.

Las montañas submarinas son producto de la presión ejercida por la colisión de las placas africana y europea. A causa de la presión, los fluidos que contienen metano y están en el subsuelo logran irse hacia la superficie del fondo del mar. Estas son las llamadas chimeneas submarinas ya que poseen el aspecto de tubos de cemento.
Por ello, en el año 2006, los científicos decidieron analizar los hábitats desde dos perspectivas: la geológica y también la del ecosistema. Según lo explicado por Díaz del Río, “desarrollando iniciativas de catalogación de las especies que habitan esos fondos marinos, estableciendo su valor biológico y sus relaciones interespecíficas, su aportación a la biodiversidad y los riesgos de supervivencia”.

En aquel momento, se hallaron y se clasificaron comunidades de corales como Lophelia pertusa, un coral de gran valor ecológico, y varios cnidarios, esponjas, crinoides, poliquetos y gorgonias. En resumen, se pudo corroborar que la zona es rica en cuanto a su biodiversidad.

COMENTARIO:
En mi opinion pienso que si es necesario incluirla en el sistema marino. Ya que muchos de nosotros no apreciamos lo que tenemos. Tenemos que tener en cuenta que todos nuestros ecosistemas estan desapareciendo o estan en peligro de extincion. Asi que yo creo que seria mejor apreciar lo que tenemos y cuidarlo.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Parque nacional desierto de los leones

El Parque Nacional Desierto de los Leones es uno de los parques nacionales con los que cuenta la Ciudad de México en la serranía que está ubicada en la parte Sur de sus límites y que fue dotado de una extensión de 1,866 hectáreas[1] ; comprendiendo en su territorio se protege una amplia variedad de pinos y especies animales.

Este fue uno de los primeros parques nacionales que tuvo México a comienzos del siglo XX, y ha estado muy ligado al desarrollo de la capital del país debido a que desde tiempos del virreinato, las aguas de sus manantiales eran llevadas por medio de un acueducto a la ciudad. Un monasterio de la orden de los carmelitas descalzos se estableció en sus bosques debido a la paz y tranquilidad natural que imperaba en este lugar. Sirve como recreo y esparcimiento a la población vecina y de la capital.

Historia:
Probablemente su nombre se deba a que éstas tierras en el periodo colonial estuvieron en disputa, la cual se sostuvo con uno de los caciques locales una familia de apellido León cuyo objetivo fue por la posesión de éstas (quizá por la abundancia de agua que ha existido en el lugar). Aunque bien es sabido entre locales y gente de la ciudad que había quienes creían en la presencia de los felinos en la zona (que por supuesto nunca los hubo), ó por la fauna que se ocultaba en sus cuevas. Si bien este hermoso bosque servía de paso entre la Ciudad de México y la cercana ciudad de Toluca, la orden de los carmelitas descalzos habrían de elegir tierras de este sitio para entonces poder levantar uno de sus conventos de su Orden, que sirviera de retiro y meditación cristiana, y por la tranquilidad, lejanía del bullicio humano y paz observada se le llamó a toda le extensíon del bosque "Desierto", como a todas las fundaciones que establecían fuera de las ciudades (como ejemplos esta el Santo Desierto del Carmen, que también es parque nacional, en el Estado de México) en las que podían llevar a cabo la meditación y cumplimiento de sus votos.[2]

La orden religiosa tendría que abandonar su recinto conventual recién empezada la guerra de Independencia, cediendo al entonces gobierno de la capital virreinal aparte de ésta construcción, las demás posesiones cercanas para que fueran instalados cuarteles militares, cuyo uso se dio hasta entrado el Siglo XIX, a pesar de que algunas veces el lugar quedó en el abandono a merced de servir como guarida de bandidos y ladrones, e incluso se instaló una fabrica secreta dedicada a la fabricación de moneda falsa.[3]

Los gobiernos posteriores a la reforma fueron conscientes en cuanto los recursos acuíferos y forestales con que cuenta la zona y que ya habían sido utlizados para satisfacer la demanda de la capital (En Santa Fé, uno de los poblados cercanos, se levantó un acueducto que llevaba la llamada "agua delagada" (baja en sales) a la Ciudad de México), por tal motivo se declaró los montes como zona de reserva forestal e interés público en el año de 1876. Tiempo después, iniciada la revolución, el presidente Venustiano Carranza promulgó el decreto que le otorgó la categoría de Parque Nacional el 15 de noviembre de 1917.[4]

Ya en pleno Siglo XX, ante el crecimiento de la Ciudad de México hacia el Poniente del Valle de México y la necesidad de contar con espacios naturales que propicien el esparcimiento, recreación y la conciencia de la importancia que éstos representan, tanto gobierno local como federal han buscado la conservación y expansion de éste importante éspacio. El 19 de diciembre de 1983, el Presidente Miguel de la Madrid Hurtado decretó la expropiación de 1,529 ha a favor del Departamento del Distrito Federal, para destinarlas a la preservación, explotación y embellecimiento del Desierto de los Leones. Posteriormente y debidio al deterioro que sufrieron zonas aledañas a causa de algunos incencios en el año de 1998, se crea una zona de restauración ecológica que abarcaba una supreficie aproximada de 400 hectáreas de éstas y algunas partes del parque nacional.

Por último, el 16 de abril de 1999, la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca firmó con el Gobierno del Distrito Federal el acuerdo de coordinación mediante el cual el Gobierno Federal transfirió la administración del Parque Nacional “Desierto de los Leones” al gobierno local, lo cual se concretó mediante el acta de entrega recepción del 24 de noviembre del año 2000.

categorias

CATEGORÍA Y SUS PROPÓSITOS
RESERVA DE LA BIOSFERA Conservar áreas biogeográficas representativas y relevantes, a nivel nacional, de uno o más ecosistemas no alterados significativamente y, al menos, una zona no alterada, en que habiten especies endémicas, amenazadas o en peligro de extinción.
RESERVA ESPECIAL DE LA BIOSFERA Conservar áreas representativas de uno o más ecosistemas no alterados significativamente, en que habiten especies endémicas, amenazadas o en peligro de extinción. Son de menor superficie o diversidad de especies que las Reservas de la Biósfera.
PARQUES NACIONALES Conservar áreas biogeográficas representativas a nivel nacional, de uno o más ecosistemas, importantes por su belleza escénica, valor científico, educativo, histórico o recreativo, por la existencia de flora y fauna de importancia nacional y por su aptitud al turismo.
MONUMENTOS NATURALES Conservar áreas que contengan uno o varios elementos de importancia nacional, de carácter único o excepcional, interés estético, valor histórico o científico.
PARQUE MARINO NACIONAL Conservar playas y la zona federal marítimo terrestre contigua, relacionadas con actividades de preservación de los ecosistemas acuáticos, de investigación , recreación, educación ecológicas, y aprovechamiento de recursos naturales autorizados.
ÁREA DE PROTECCIÓN DE RECURSOS NATURALES Conservar áreas destinadas a la preservación y restauración de zonas forestales y a la conservación de suelos y aguas.
ÁREA DE PROTECCIÓN DE FLORA Y FAUNA Conservar habitats de cuyo equilibrio y preservación dependen la existencia, transformación y desarrollo de especies de flora y fauna silvestre y acuáticas.
PARQUE URBANO* Conservar áreas de uso público para obtener y preservar el equilibrio de los ecosistemas urbanos industriales, y proteger un ambiente sano, el esparcimiento de la población y valores artísticos, históricos y de belleza natural.
ZONA SUJETA A CONSERVACIÓN ECOLÓGICA* Conservar uno o más ecosistemas, cercanos a asentamientos urbanos, en buen estado de conservación, para preservar los elementos naturales indispensables al equilibrio ecológico y al bienestar general.

Las áreas (*) son administradas por entidades federativas y municipios, el resto es administrado por el SINAP, Sistema Nacional de Áreas Protegidas, dependiente del Institutuo Nacional de Ecología. El SINAP entra en vigor en 1988 y administra el conjunto de áreas naturales protegidas que son de interés para la federación. Dentro del SINAP existen 89 áreas protegidas, divididas en nueve categorías, que en conjunto abarcan casi 11 millones de Ha.